Reconstruyendo los muros del castillo de sal,
cuyas ruinas se hierguen majestuosas,
entre el polvo y la niebla,
en lo mas inhospito de tu ser.
La rasgada tela que cubre tu rostro,
e intenta purificar el aire que respiras,
a penas cumple su cometido,
las oleadas de los desprendimientos,
se suceden,
intentas con ainco,
mantener intacta,
una minima rutina funcional,
mientras torpemente sostienes,
la armadurade cristal,
o lo que queda de ella.

Sientante,
cierra los ojos,
y date el capricho,
de dejar que el tiempo transcurra,
que fluya de tu alma,
la paz y la armonia,
nada mas importa,
nos han inculcado desde siempre,
que el unico camino es pensar y actuar en consecuencia,
yo quiero respirar, y dejarme embriagar,
por cada uno de mis sentidos,
conectarme con esa escurridiza parte de nosotros mismos,
mas primitiva, mas instintiva,
esa a la que la razon martiriza por defecto,
y que la sociedad etiqueta de inservible.

Busquemos a ese niño que reia en nosotros mismos,
antes de que la educacion, la sociedad
y nuestras propias limitaciones autoimpuestas,
fueran tan fuertes.
EL NOS LLEVARA A LA AUTENTICA FELICIDAD.