Monday, August 22, 2005

¡Ey, donde estas!
¿alguien lo sabe?
¿quien llama a la puerta de mi alma?
deje su mensaje, y ¡larguese!,
¡ey, quien eres!
¿deberia conocerte?,
el calido abrazo,
de aquel que calla
sumido en el olvido,
¡ey, creo que ese soy yo!
¡no!, el espejo me vuelve a engañar,
brota la sangre,
en los ojos de ayer,
escupe el vacio,
que cubre tu mente,
¡ey!, ¿te conozco?
tu olor me trae el sabor
de aquel cafe,
en el bar de la esquina,
¿deberia de inundarme la melancolia?
o ¿invadirme una sonrisa de compicidad?,
momentos muertos,
que yacen en el desierto de mi alma,
en sus dunas se pierden mis recuerdos,
¡ey, recuerdas aquella noche!,
fuimos uno,
o, tal vez,
solo lo soñe.
Mas de 100 manos cubren mis ojos,
estrepitoso descenso,
la oscuridad se aferra en tu mirada,
puede que no seas quien crees,
o puede que nadie sepa quien eres,
resuena el viento
en las colinas de un mar en calma,
silvan las ojas del sauce,
estridente su llanto,
que atormenta el recuerdo.
Antiguo sueño que se pierde en la razon,
maldito silencio, solo la locura nos salva de la realidad,
donde se desangra la ilusion,
perdido en tu piel,
donde yace la sinrazon,
muere el latido de un dios,
en el abismo de un suspiro,
te digo
ADIOS.