Monday, October 24, 2011

Gélidos vagones, del tren de ninguna parte,
bruma maltrecha, con afiladas bocanadas de putrefacto aroma,
monumentos oxidados, de viejas glorias marchitas,
la era de la comunicacion ha llegado,
¿porque me siento tan solo entonces?
¿porque, estando, "tan solo a un clic de distancia", el mundo se siente solo?

Suplicas herrantes, de sueños muertos,
armaduras de cinicas sonrisas,
y pantalones de marca,
cascaras huecas,
sustentadas por una felicidad de mierda,
que la television nos vende,
en el monovolumen de moda.


¡Corre!, ¡corre!, ¡corre!,
no mires atras.
Las huellas de tus pasos,
a penas se distibnguen ya,
las olas del tiempo
desdibujan tu memoria,
y el miedo,
imnotica sensacion paralizante,
gran motivador y nefasto consejero.


Olvidemos el rencor,
desterremos el odio,
que aflore lo que anida en nuestra alma,
la bondad de nuestros corazones,
para hacer de lo que nos rodea,
un lugar mejor.
Para arrancar una sonrisa
a este mundo de lagrimas.

Monday, October 03, 2011

Lagrimas quemadas en espirales nauseabundas, terciopelo blanquecino de ilustres sonrisas plagado. Infames recuerdos incendiarios, decisión tras decisión, forjan un obsoleto futuro, un destino cuanto menos incierto, y una cadavérica esperanza, avocada al fracaso, que componen el retrato que adorna la pared de mi memoria.

Absorto y distraído, Morfeo juega al escondite cada noche, Caronte recibe su moneda y rema, rema un día más, sobre las aguas del olvido, hogar y refugio de maltrechas almas olvidas, estrellas marchitas, que se colapsan hasta devorarse a sí mismas, dejando tan solo, un vacio, un agujero negro que lo devora todo a su paso.


Cuando no tienen ya cabida, la fe se transforma en desesperación, la ilusión en dolor, todo lo que antes te hacia vibrar, ahora su recuerdo, tan solo malestar te ha de dar.

Enloquecido, buscas refugio, y al alzar la vista, descubres aterrado, ¡YA NO QUEDA NADA!, tan solo las ruinas decrepitas, de un tiempo ya lejano, papiros ensangrentados que relatan la historia de un pueblo consumido por el mañana, embriagado por una ciencia a la que veneraban, y una tecnología que les robo poco a poco su identidad. Hasta la locura de la autodestrucion en masa, dejando cenizas como mero testimonio, del precio que pagaron al seductor sistema que acabo por destruirles.