Tuesday, September 21, 2010

La noche seducia nuestras almas,
y el whisky nuestros cuerpos,
sonaban, creo, los piratas,
cuando senti tu mano deslizandose
sobre mi espalda,
ladron de guante blanco
que atrapa una caricia inadvertida,
entramos dulcemente
en un juego de manos
escurridizas
y atrevidas.








Nada importaba entonces,
solo la atraccion de nuestros cuerpos,
sufriendo la hegemonia del tacto,
envueltos en el calor,
de las caricias herrantes de un desconocido,
que parece conocer tu piel.
La noche se fue apagando con el sol,
percibiendo tu desnudez,
a contraluz, tus curvas danzban
con el incienso que brotaba del quemador,
tu ropa se deslizaba,
a ritmo prohibido,
mientras tu piel brillaba,
y mi boca se perdia en tus piernas,
mis manos recorrian cada cm,
y la noche se hizo dia.
Exahustos, desorientados,
abrazados en un espejismo,
el pulso parecia detenerse,
por momentos,
pero,
¡no podiamos parar!,
¡no queriamos parar!,
colonizadores de un mundo inhospito,
ese, que se crea,
cuando haces el amor con alguien,
por primera vez.

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